Diamante Mandarín Gigante. AVIARIO IRIS
 
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Crianza

A la hora de adquirir un nuevo ejemplar debemos estar muy seguro de lo que queremos, para qué lo queremos y cómo lo queremos para que no nos den gato por liebre como se suele decir. Aconsejo comprar siempre a criadores con referencias evitando en la manera de lo posible las tiendas, en donde suelen encontrarse generalmente los pájaros que descartan los criadores, pájaros viejos, en muchas ocasiones sin anilla, etc.

Cuando se procede a la cría tomando en consideración las mutaciones de color, aparte de observar los cambios externos (fenotipo) obvios que la mutación provoca en el pájaro, no es posible apreciar cualquier otro efecto que la mutación pueda ejercer en el metabolismo interno del animal. Algunas veces ocurre que junto con las mutaciones de color se produce una mutación que únicamente se pone de manifiesto después de transcurrir un cierto tiempo o que ejerce un efecto degenerativo en aspectos tales como capacidad reproductora, tamaño corporal o en una cualquiera de muchas otras características. Por este motivo resulta esencial efectuar anotaciones periódicas para poder contar con un historial completo de la vida reproductora de nuestros pájaros a través del tiempo. Estas anotaciones nos permitirán conocer cuáles han sido los ejemplares que han sido apareados, cuántos huevos han puesto, el número de polluelos que han muerto antes de salir del cascarón, cuántos alimentados por sus padres se desarrollaron sin problema alguno y el grado de perfección alcanzado por las parejas tanto en lo que se refiere a su aspecto visual como en su función reproductora. Sobre la base de tales anotaciones resulta posible determinar el posible origen de cualquier problema en el caso de que surja.
Nunca constituye una buena política criar con el único objetivo de conseguir unos colores determinados a expensas de la morfología general del pájaro ni de características como algunas buenas aptitudes de los padres, la capacidad agresiva, cuidado de su progenie, etc. El aspecto genético de la cría constituye un estudio fascinante en sí mismo pero es una disciplina que los criadores tienden o bien a practicar con entusiasmo o a detestar. No obstante, una vez se ha conseguido entender los principios básicos de la misma, resulta sorprendente la rapidez con que se desarrolla nuestro interés por ella. Sin embargo, es de justicia señalar que no constituye ni mucho menos un factor esencial para llegar a ser un buen criador ya que algunos de ellos muy renombrados no cuentan con conocimientos genéticos de ninguna clase y compensan tal carencia con un buen ojo clínico, y a este respecto cabe añadir que en realidad, la cría gira toda ella en torno a la combinación de múltiples aspectos, tales como la selección de ejemplares, unos cuidados adecuados, unas instalaciones apropiadas y una actitud sensata y juiciosa a cerca de la frecuencia con que deben llevarse a cabo los apareamientos.


Elección de Reproductores
En cualquier caso, sea cual sea el lugar de donde obtengamos a nuestros ejemplares debemos fijarnos ante todo en las instalaciones. Un pájaro puede aparentar ser muy buen y estar bien de salud pero si su entorno tiene poca higiene debemos dar por sentado que a la larga su condición física se resentirá. Elegiremos pájaros con un buen tamaño y forma, alegres, que se muevan por la jaula, evitando siempre los pájaros con relevantes signos de apatía, embolamiento o tristeza.

 
Tenemos que informarnos de la edad del pájaro, para lo cual lo más fiable es la anilla cerrada; y si es posible preguntar por su carga genética (mutación fenotípica y genes mutados que porta).


Cría
Una vez que tengamos los ejemplares con los que contaremos para comenzar la temporada de cría es hora de prepararlos para el gran esfuerzo que les supone hacer 2 o 3 posturas sucesivas. Primeramente tanto a machos como a hembras por separado aún los someteremos a un tratamiento antiparasitario externo con Insectornis en el agua de baño y con Pulmosán (una gota en la nuca) para evitar los ácaros y piojillos de la pluma y tráquea; e interno contra tricomonas y coccidios usando Flagyl de venta en farmacias y Sulfamidas.

Los pájaros ante estos tratamientos a veces quedan algo debilitados por lo que los someteremos a un buen proceso de recuperación con un polivitamínico durante varios días, además de vitaminas A, D3, E que vienen muy bien para encelarlos para la cría; y complejo B que refortalece todo su organismo. Además unos 15 días antes de emparejarlos les tendremos que ofrecer pasta de cría para que se vayan acostumbrando a ella. Una vez que llegue el día del emparejamiento los mantendremos separados físicamente un par de días mediante un separador de reja para que se oigan y vean. Una semana después de haberlos puesto juntos ya podemos colocar el nido y el material de nidificación aunque esto último puede adelantarse si observamos que los ejemplares están muy encelados y se arrancan las plumas como señal para formar el nido.

 
Una vez que construyen el nido suelen poner entre 4 y 6 huevos que eclosionan pasados unos 16 días. Los padres embuchan a los pollos hasta que tienen un mes aproximadamente, aunque estos saltan del nido apenas cumplidos los 20 días. Cuando nos aseguremos de que los pollos comen por sí solos completamente los separaremos de sus padres para ponerlos en un voladero junto con más pichones de la misma edad. En ellos los dejaremos que reposen tranquilamente y hagan su primera muda para después pasarlos a una pajarera si es posible para que cojan un buen tono muscular y se desarrollen completamente.
 
  
Preparación a los concursos
Conforme va pasando el tiempo iremos observando a nuestros ejemplares para ver cómo van evolucionando. En agosto aproximadamente haremos la primera selección de los pájaros que queremos seguir conservando tanto para criar la próxima temporada como para los concursos y que se avecinan. A medida que vayamos seleccionándolos los iremos colocando en jaulas cada vez más pequeñas hasta llegar a la jaula de concurso en donde deberán permanecer al menos un par de semanas para que se habitúen a ella y no se pongan nerviosos cuando el juez los enjuicie. Previamente los habremos revisado exhaustivamente para retirarle las posibles plumas rotas que tenga. Hay que tener mucho cuidado en la elección de los ejemplares pues un mínimo fallo como una uña rota será suficiente motivo para que nos lo descalifiquen. En este periodo en el que vivan en la jaula de concurso los pájaros serán bañados frecuentemente para que lleguen a la exposición limpios de pluma.
 
Nuestros mandarines durante todos los días que pasa fuera de nuestro criadero en el concurso sufren estrés, por ello en cuanto estén de vuelta de nuevo con nosotros los trataremos con un complejo multivitamínico y un antiestrés, además de colocarlo en una jaula bien espaciosa.


               

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